jueves, 28 de noviembre de 2019

Riesgo democrático, el peligro de no abrir espacios


La legitimidad es singular, a pesar de que depende de quien mira, se tiene o no se tiene. No tiene una expresión material, como una constancia, la opinión pública es el termómetro de ésta.

Estos son tiempos adversos, de la perdida de vigencia de los modelos ideales de representación política, mucho trecho se ha avanzado y muy atrás se quedó la ciencia política. No se puede culpar a la sociedad por expresar su malestar con todo y contra todos. De hecho, la dura realidad quizá ameritaría más violencia de la que ha ocurrido; la gente se está jugando la supervivencia y el ritmo de la vida no tiene sentido más que en lo superfluo, a los padecimientos que alguna vez daba sentido la religión hoy no hay como racionalizarlos. Ahora la satisfacción por un momento con fetiches como los celulares ameritan el jugarse el todo por el todo. La política debería ofrecer vías de desahogo de esos sentimientos; pero ese camino es justo el clausurado, es justo el que hoy se está tumbando a patadas desde América latina hasta Hong Kong. Los gobiernos no han entendido que lo que se busca son derechos políticos y sociales, no de jure, sino de facto.

En medio de tal efervescencia, en México los desfachatados consejeros del Instituto Nacional Electoral, atrapados muy cómodamente en un sistema de democracia representativa, contentos con ser el árbitro que dirime un proceso electoral en el cual solo caben los que tiene recursos y que, más aún, se les regalan recursos públicos para el dispendio; salen a curarse en salud al “advertir” de las consecuencias de no mantenerles sus privilegios, no se harán responsables de un proceso electoral si este no es legítimo.

En parte no es su culpa, no es culpa de Lorenzo Córdova, ni de Ciro Murayama, ni de Marco Antonio Baños, ellos entraron en otro momento, se integraron a la institución bajo otro sistema, las cuotas partidistas. Su interés no es ir más allá de preservar el sistema. Es por eso que Córdova y compañía no conciben las consultas ciudadanas ni la revocación de mandato, es por eso que, en las convocatorias a conformar las estructuras burocráticas, los Organismos Públicos Locales (OPLs), los consejos estatales y distritales, se vuelven a ver las caras viejos conocidos, expertos en derecho, compadres, exjefes y excompañeros. La evidencia está en las videograbaciones de entrevistas de los participantes en los OPLs; la experiencia en el gremio electoral fue siempre la última clausula, en la línea se quedaron ciudadanos, defensores de derechos humanos y miembros de Ongs con sus buenas intenciones. No tardarían en verse fiascos como en Chiapas y en Tamaulipas.

El gobierno de Lopez Obrador no está exento de la experiencia, su victoria electoral se debe leer en el mismo contexto latinoamericano de falta de derechos políticos por lo que tiene el respaldo popular para desmantelar todas aquellas instituciones que no son verdaderamente ciudadanas (ponga en la línea punteada el nombre que mejor le parezca Instituto/Comisión Nacional de __________).

Como buen estudioso de la historia Lopez Obrador debe estar consciente de la trascendencia de los movimientos revolucionarios a sus dirigentes, de una forma o de otra, Carranza, Obregón, Calles fueron superados por el movimiento. Ha dado los pasos adecuados en la aplicación de la austeridad y el desmontaje de la complicidad, pero no es suficiente, el cambio de élites en el gobierno es un buen paso, ayer fueron los itamitas hoy son del colmex, pero no es suficiente como no fue suficiente el cambio de élites postrevolucionario.

Los primeros pasos son importantes, como por ejemplo la redistribución de ingresos por medio de trasferencias directas, mas no se está tratando con creaturas indefensas, sino con hombres y mujeres con hambre de ser ciudadanos, de ser sujetos de derechos y de apropiarse de las instituciones. De mantener la participación política y burocrática solo dentro de su grupo, a medio mandato Lopez obradorista el otoño latinoamericano habrá llegado a México.