lunes, 17 de octubre de 2016

Por qué ganará Trump y aun así Hillary será presidenta

Las elecciones norteamericanas se encuentran a unas cuantas semanas y tras una serie de comentarios desafortunados del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, el mundo empieza a bajar la guardia al ver más cerca de la victoria para la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Es evidente que el presidente de los Estados Unidos es la posición política más influyente del mundo entero debido al papel que juega su país en todos los ámbitos de la sociedad mundial y, sin duda, la posibilidad de que un candidato con propuestas tan profundamente xenófobas sea el ganador obliga a los principales socios a tomar las debidas precauciones.
Sin embargo, las más recientes encuestas en el país empiezan a dar un margen cada vez mayor para la Clinton y debido al sistema electoral, una posibilidad aun mayor de ganar por número de Colegios Electorales, y se empieza a generar un ánimo de confianza en dicho resultado.
Ese sentimiento puede estar equivocado. Donald Trump sigue fuerte y sigue con amplias posibilidades de ganar la elección. Los eventos desafortunados como declaraciones sexistas, perdida de apoyos dentro del partido republicano y las derrotas en los dos primeros debates no lo han llevado a derretirse, tal y como lo señala la revista TIME en dos portadas recientes.
Recordemos simplemente como a finales del año pasado, los analistas políticos veían con poca seriedad la candidatura de Trump para las primarias republicanas. Con más de 15 candidatos, entre ellos un miembro más de la dinastía Bush y prominentes miembros de la agrupación conservadora “tea party” el magnate de los negocios no figuraba como alguien políticamente preparado para la elección presidencial.
Y, sin embargo, esa condición de “outsider” ha sido la que lo ha llevado hasta este momento. En todo el mundo se observa una tendencia del voto hacia lo “antipolítico”, en Francia, en Austria, en Bélgica y otras naciones europeas la tendencia política se ha inclinado hacia la derecha, sobre todo identificada por ideas aislacionistas y contra la migración. El voto Brexit en Gran Bretaña también es muestra de ello.
Desafortunadamente, los partícipes del sistema político en los lugares donde se ha mostrado ese fenómeno no han querido reconocer que son responsables de ello. Su falta de resultados para con su sociedad hace que ésta busque otras propuestas, otras alternativas, dejándose seducir con propuestas políticas distintas, dejando en último lugar el análisis de su viabilidad, total, mentiras y falta de eficacia es lo que siempre se ha tenido. Justo eso es lo que representa Hillary Clinton, las mismas ideas de siempre, el reflejo de todo lo que no ha dado resultados.
En este tipo de elecciones, lo que menos hay es indecisos, aquellos insatisfechos por el sistema se vuelven un voto duro que no importa lo que suceda no cambiará, no importa lo degradante de los comentarios de su candidato, el mismo Trump llegó a decir, “Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”, porque tanto esa gente, como la que está en contra saben lo que no quieren, no quieren lo que el otro representa.
 Aun así, Clinton se mantiene a la cabeza en las encuestas, pero podría ser solamente información incorrecta. El fenómeno de resultados contrarios a lo previsto recientemente ocurrió en Gran Bretaña con el voto Brexit y en el plebiscito por la paz en Colombia. Ambos se explican por las mismas causas de voto antisistema.
Este fenómeno es explicado desde 1977 por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” donde da cuenta de cómo los individuos con ideas formadas deciden callar sus opiniones ante la percepción de que la opinión pública es contraria a la propia y, de esta forma, se va gestando un clima abrumador a favor de una idea distinta a pesar de no ser mayoritaria en términos reales.
Cualquier seguidor de Donald Trump es consciente de que no es políticamente correcto, que personalmente puede estar en desacuerdo en ciertas posiciones, y, sin embargo, ser un fiel votante republicano.
¿Cómo pues, se explicaría el voto a favor del No en el plebiscito por la paz en Colombia? El clima mediático buscó expresar que el voto por el No era un voto contrario a la paz, los medios de comunicación en todo el mundo dieron amplia difusión a la firma de los acuerdos, se mostró a los involucrados como héroes. Manifestar ideas contrarias era no estar del lado correcto. Una vez dentro del templete de votación el anonimato del voto permitió expresarse honestamente. Lo mismo sucederá en Estados Unidos.
Por otro lado, la configuración política de Estados Unidos no lleva a la presidencia al ganador del voto popular, es una democracia indirecta. En la mayoría de los estados, el voto mayoritario a favor de uno u otro candidato hace ganador a éste del total de votos de los llamados Colegios Electorales es decir, se relativiza el peso de cada voto de acuerdo al número de colegios electorales de cada estado.
De un total de 538 colegios electorales, el ganador debe tener el voto de 270, lo que termina por concentrar las campañas electorales en aquellos estados en donde se considera que están más disputadas las elecciones, los llamados “swing states” o estados que son inconsistentes en la votación estatal a favor de un partido. Es en éstos en donde se encuentra la clave para entender porque los analistas y encuestadoras dan una posibilidad hasta del 95% a la candidata demócrata.

Sea cual sea el resultado de la elección, desde ahora deberían estar prendidas las alertas, no por el posible resultado de la elección, sino por el sentido mismo de la democracia y su pérdida de confianza.