domingo, 31 de diciembre de 2017

¿Que esperar en el 2018?

La incertidumbre es la falta de certeza sobre la ocurrencia de cierto hecho, pero que puede ser previsto, y, por lo tanto, tener un impacto calculado y controlado. Eso es el 2018, un año que nos mantiene en la incertidumbre respecto del desenlace de los hechos ocurridos en años anteriores.
Sin predecir sucesos esto puede esperarse en el 2018:
Para México el 2017 se proyectaba como el coctel perfecto de las condiciones adversas debido a la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. La catástrofe no se atajó, se retrasaron los tiempos y ahora se combina con la fiebre electoral del país en 2018, lo que ocasionará que las declaraciones de Trump marquen el ritmo de las campañas en México.
La elección presidencial es el tiempo de echar toda la carne al asador, la elección del estado de México fue muestra que el PRI no está dispuesto a poner en juego el poder que tiene como gobierno. Mientras que el 2017 las cifras de violencia en el país superaron a las de otros años, en el 2018 la situación no hará más que empeorar, las campañas necesitan recursos. En caso de que el candidato del PRI no obtenga la ventaja necesaria con toda la maquinaria del partido, la eliminación del candidato puntero que pueda significarle un riesgo podría estar sobre la mesa. Las condiciones económicas no ayudarán, la inflación por encima del 6% tan solo a inicios de año, no hay forma de manipular el tipo de cambio por 6 meses con el factor adicional de la política fiscal norteamericana, el precio del dólar estará en julio por encima de los 22 pesos.
México no está exento de las crisis mundiales, aunque son impredecibles en su ocurrencia, el planeta se encuentra en un ciclo irreversible de aumento de la temperatura de los océanos, en consecuencia, la variación extrema de los climas tendrá gran impacto sobre las sociedades, sobre todo las de aquellas menos preparadas.
La incertidumbre también se refleja en las amenazas cibernéticas, la inteligencia artificial hoy es un hecho que debería tener con los pelos de punta a los gobiernos, en 2017 google y Facebook tuvieron que echar atrás algunos proyectos tras respuestas negativas de sus experimentos, como comunicación indescifrable entre máquinas y personalidades racistas. La burbuja del bitcoin tiene un impacto limitado, la amenaza seria viene de nuevos casos como el jaqueo tipo “wannacry”.
No todo es malo, la vida sigue, y quizá en el 2018 se dé un punto de quiebre que impulse nuevamente una agenda contra la desigualdad, contra la pobreza o contra el cambio climático, pues para todas ellas existen propuestas, como un enfoque en impuestos progresivo o una renta básica universal o el acuerdo de París contra el Cambio Climático, lo que se necesita es valor, el valor que demostraron las mujeres en el mundo entero para poner el acoso y la agenda de genero bajo los reflectores en el 2017.
La historia es buena consejera, y quizá este 2018 le hagamos un poquito de caso.

Reseña: Caos y orden en el sistema-mundo moderno de Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver

En su análisis histórico, Carlos Marx teorizaba sobre la inminente llegada de un sistema de producción orientado por el Estado tras la conquista del poder por el proletariado, dejando atrás el sistema capitalista. Hoy, a 150 años de distancia de su principal obra, “El Capital” vemos como la posibilidad de tal conquista revolucionaria se borra en un contexto cada vez más disímil del que el autor se imaginaba.
Sin embargo, el análisis de Marx propone un enfoque que analiza a profundidad las características de los ciclos de la historia como conjunto económico-social-político que inspirará una nueva corriente de investigadores ansiosos por dar con los patrones que lleven a la mejor toma de decisiones a los hacedores de política, y en una de sus ramas la geopolítica.
Arrigui y Silver nos narran los distintos ciclos de dominación que han tenido tres potencias globales a partir del surgimiento del Estado como la estructura más compleja y poderosa de las relaciones sociales, tras los tratados de Westfalia es Países Bajos la potencia que domina el escenario mundial durante el siglo XVIII, en el siguiente, el siglo XIX Gran Bretaña sobresale e impone al mundo sus condiciones hasta que el siglo XX Estados Unidos se alza como el más poderoso Estado en el orden internacional.
El objetivo del trabajo consiste en analizar los aspectos de tales transiciones, las organizaciones económicas, las condiciones sociales, las rivalidades políticas y en general el contexto que permitió que una y otra potencia tuvieran sus momentos de auge, de tal forma, que a la vista de las condiciones del mundo en nuestros tiempos, finales del siglo XX/inicios del XXI (el libro fue publicado por primera vez en 1999) lleva a los autores a plantear la hipótesis de que el actual orden basado en el dominio de las relaciones internacionales por Estados Unidos es insostenible y que vivimos en una etapa de transición desde 1970, a la espera de que una nueva potencia tome el rol de liderazgo, y para ello, bien podría pensarse en las economías emergentes asiáticas o bien Japón, que en el año de la publicación del trabajo mantenía la estabilidad de la que no gozaban otros Estados debido a la crisis asiática de 1997.
 El análisis basado en la dinámica de los sistemas-mundo, un centro que impone su dinámica dominante a la periferia, explica que, si bien antes de la era de los descubrimientos subsistían diversos centros bajo sus particulares dinámicas, la exploración europea de Asia y américa terminó por extender a todo el globo el sistema basado en la perspectiva europea.
Aunque el destino de cada nación es marcado por las decisiones de sus líderes, en los grandes ciclos de la historia, la competencia comercial y las coyunturas políticas permiten generar las tendencias de caos y orden, con este libro, Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver son los autores de un clásico que guiará futuros estudios y, desde hoy la toma de decisiones de aquellos individuos que busquen estar a la vanguardia del mundo internacional.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Como si de carreras de caballos se tratara, analizamos a los candidatos con datos irrelevantes

Si usted alguna vez ha tenido oportunidad de presenciar carreras de caballos en los hipódromos o en las pantallas de un centro de apuestas sabrá que cuenta con un cuadernillo para analizar a los hermosos competidores. En estos cuadernillos se muestra una gran cantidad de datos, entre estos su desempeño en carreras de diversa distancia, la posición en diversos momentos, dueño, entrenador, padres, peso, peso del jinete, etc. Si finalmente se deja llevar por la emoción  y apuesta, eventualmente caerá en cuenta que las probabilidades de ganar realizando un análisis de los datos anteriormente seleccionados o basándose en la simple apreciación del corcel no son muy distintas.
 
La elección de un candidato puede ser igual.
Los candidatos (en general a todos los puestos de elección, pero teniendo en mente los candidatos a presidente de México) tienen un partido, platican sus propuestas, explican sus fundamentos, tienen un historial detrás y una imagen. El elector analiza todos estos elementos y deposita su voto. Como en las carreras de caballos, sin importar si eligió candidato por su apariencia física o por sus ideas, usted podría haber votado por el ganador. Desafortunadamente, el ganador terminará por decepcionar a sus electores pues por seguro incumplirá la promesa del mundo feliz que vendió durante su campaña.
El elector debe, por tanto, dejar de pretender llevar a cabo un análisis objetivo de ciertos aspectos de las campañas, debe básicamente desechar las promesas de campaña, debe relativizar los datos del candidato, así como lo que del candidato dicen analistas y demás “expertos”. El punto número uno es TODOS LOS CANDIDATOS MIENTEN.
Por más desalentador que suene, el mundo plasmado en las ofertas de campaña no llegará tras la elección, en todo caso, lo que se puede aspirar es a una corrección de ciertos aspectos que en el largo plazo podrían encarrilar el curso de la historia hacia ese punto maravilloso.
Punto número dos, por más convincentes que suenen los análisis a favor y en contra de las ofertas de campaña de los medios de comunicación, además de tener en cuenta el punto 1 tenga en cuenta que LOS MEDIOS DISTORSIONAN, CUANDO NO MIENTEN y lo hacen siguiendo favorecer los intereses de determinado candidato.
Estamos a final de año y aun no empiezan formalmente las campañas electorales, pero ya se escuchan las promesas de campaña, las réplicas, descalificaciones y adjetivos de todos cuantos tienen a su alcance el cuarto poder. Se señalan las inconsistencias de las propuestas, se machacan las incongruencias de las coaliciones, se juzgan como incompetentes, y todo ello bajo consigna, recuerde, los medios de comunicación son un negocio.
Punto número tres, no solo las promesas de campaña son inconsistentes, también lo son las líneas de acción de los partidos políticos respecto de sus fundamentos. Asi como elegir a un caballo de carreras por la apariencia física no es garantía, los colores, estatutos y fundamentos ideológicos son de poca utilidad cuando de escoger candidatos se trata.
Hasta aquí pensará que entonces es un sinsentido pretender hacer una buena elección de candidatos cuando todos son un volado, sin embargo, no todo está perdido, para este caso como para toda prospectiva, se cuenta con la historia como guía.
Si los partidos dicen defender ciertas ideas y principios, puede analizar cómo ha sido la coherencia de estos tanto como gobierno como en la generación de leyes, en última instancia LAS ACCIONES DE LOS GOBERNANTES SON RESPONSABILIDAD DE LOS PARTIDOS.
Lo mismo para los candidatos en lo particular, no se deje convencer por los años de ocupar tal o cual cargo público, sino en los elementos fundamentales de su actuar, el sentido de sus decisiones los resultados en el cargo, entre otros, la experiencia por sí misma no es más que una pantalla, por ejemplo, si soy el único que vende naranjas, si vendo dos o diez es un dato que no tiene contra que compararse, sin embargo, en los diversos ámbitos de actuación de cada candidato, si investiga podrá identificar aspectos comparables a sus estándares éticos, por ejemplo,  trato digno a las personas que lo rodean, la orientación a resultados, la pasión por el trabajo, entre otros. Los mismos elementos se verán reflejados en el cargo a elegir.
Un segundo elemento fundamental es la gente que rodea al candidato. Nada se hace por acción de una sola persona, se necesita un grupo de trabajo y el cómo se conforma ese equipo es la responsabilidad del líder, LAS FALLAS DEL EQUIPO SON LAS FALLAS DEL LÍDER. Se debe evaluar tanto la experiencia del candidato como la del equipo como una sola cosa.
Como ve, aunque tomar una decisión puede ser tan sencillo como en las carreras de caballos, el análisis no lo esta tanto, pues a diferencia de en los hipódromos, el análisis no es respecto de que elementos harán que el candidato sea el ganador, sino de quien será el menos malo una vez en el cargo, y por tanto la perspectiva cambia, es por eso que la coherencia en el pasado y del equipo son los elementos fundamentales para considerar las ofertas políticas.
Al elegir candidato recuerde el dicho, prometer no empobrece y ellos lo saben muy bien.

viernes, 1 de diciembre de 2017

INE, organizar elecciones y obstaculizar a los ciudadanos

Las leyes sin la aplicación firme son letra muerta, lo mismo ocurre con las instituciones electorales, sin demócratas son comparsa de la tiranía.

Los sistemas de gobierno democráticos descansan bajo una serie de instituciones que en teoría permiten acceder al poder a cualquier ciudadano, así como en mayor o menor medida a la toma de decisiones del gobierno. Para que tal sistema funcione cada sociedad estructura de acuerdo a sus particularidades históricas, pero teniendo dos elementos básicos, un subsistema encargado de las reglas electorales y un subsistema de partidos, en el primero se establecen las reglas del juego, es el árbitro del partido. Mientras que en el segundo es el campo de batalla.

¿Puede llamarse democrático un sistema donde los valores establecidos en las reglas para los jugadores no son coherentes con los del árbitro?

La respuesta es NO, en tal caso no se habla de democracia, se habla de SIMULACIÓN.

En el caso mexicano la constitución señala como los valores fundamentales del Instituto Nacional Electoral la Confianza, Tolerancia, Compromiso, Transparencia y Rendición de cuentas. en la práctica solo la tolerancia no está en entredicho.

A partir de la reforma política de 2014 se estableció el marco en el que el consejo general del INE sería el encargado de nombrar a los miembros de los Organismos Públicos Locales para evitar la imparcialidad de éstos estuviera en entredicho por intervención de los gobiernos estatales. Se organizó un proceso que iniciaba con una convocatoria abierta, se evaluaban los conocimientos y se analizaban perfiles, la esperanza era que se conformaran consejos ciudadanos, no expertos electorales, sucedió todo lo contrario, al final del proceso privaron los criterios de experiencia jurídica y se eliminaron las restricciones al personal de carrera en la institución.

Lo mismo ocurre con el nombramiento de los consejeros distritales y locales, bajo la lógica de la infalibilidad del Consejo General se dan facultades para sus nombramientos, se establecen criterios: paridad de género, pluralidad cultural, participación ciudadana, prestigio público, compromiso democrático y conocimiento en materia electoral; al final se eligen los 300 consejos distritales y 32 locales sin la menor transparencia.

Sin transparencia no hay rendición de cuentas y sin la participación ciudadana en la organización electoral ¿Cómo se pretende ganar la confianza de la ciudadanía?

Atendiendo a las condiciones históricas de México hasta la reforma de 2014 no existía la reelección directa, se consideraba que así se evitaba la captura de una posición por el individuo. El sentido del cambio responde a que la actuación del funcionario público se verá recompensada o castigada en la siguiente elección. ¿Bajo qué consideración se permite la participación en la organización electoral por dos elecciones a los mismos consejeros locales y distritales?

Hoy, de cara a las elecciones del próximo año, el INE atropella el involucramiento de la ciudadanía en el proceso, si los valores democráticos no aplican a ellos, ¿Cómo señalarlos a los actores políticos? Lo que se tiene es una democracia simulada.

lunes, 27 de noviembre de 2017

La candidatura presidencial del PRI, el tema que no es tema

Desde el cambio en los estatutos del PRI en agosto de 2017 se podía dar por sentado que el candidato a la presidencia por esa institución política sería José Antonio Meade, ¿Qué sentido tendría el cambio de ser de otro modo?
 
Andres Manuel López Obrador lo dio por sentado unas semanas después y una semana antes del destape oficial Luis Videgaray hizo un destape de facto.
Durante todo ese tiempo ¿conoce a alguien que perdiera el sueño por no tener la certeza de quien sería el candidato del PRI? La llamada liturgia priista ha sido una estrategia para ocupar espacios mediáticos que traten de orientar de forma indirecta los ánimos de la sociedad, jugando a resaltar a uno o a otro, el talento de uno, la experiencia de otro, etc., pero la realidad es terca y cada que se apaga el televisor o se cierra el periódico la dura realidad es el reflejo de la incompetencia gubernamental, ¿quién puede estar atento a frivolidades partidistas con la inseguridad de las calles, la corrupción en cada proceso administrativo, las necesidades sociales y demás escenarios cotidianos?
Encuestadoras y columnistas de opinión se han empecinado en mantener viva la polémica, unos con datos sugestivos que en cada ocasión muestran una descarada manipulación, y los segundos dejan su poca reputación en cada columna con chismes de corredor. Ambos necios como un vendedor de fondos de inversión que le insiste al prospecto de cliente que la inflación no se refiere a la percepción de aumento de precios, sino a lo que las instituciones dicen.
 
Las percepciones son la realidad, los individuos racionalizan la poca o mucha información a su alcance, se forman una opinión y siguen con su vida cotidiana. Una opinión formada difícilmente cambia, más bien se refuerzan ante los grotescos intentos de manipulación por parte de las instituciones del Estado y del sistema político, ¿engaña a alguien la práctica de parar el reloj legislativo ante el incumplimiento de la responsabilidad de los congresistas?, ¿las decisiones de los tribunales electorales modifican la percepción cuando se señala que en una campaña electoral “no se rebasó por un 11 %, al contrario, se quedó debajo del límite de gastos”? ¿o se modifican cuándo un candidato  pretende hacerse pasar por precandidato para usar recursos del estado?
Desde agosto por lo menos se sabe quién va por el PRI, y se sabe que el candidato no es una blanca paloma, es cómplice del partido del gobierno y el partido en el gobierno y la corrupción son uno mismo.
Mientras tanto, el balón ahora está en la cancha del llamado frente ciudadano por México, a diferencia del proceso del PRI, un partido varias opciones, éste si necesita apresurar el paso, pues puede que su proceso no llegue a buen puerto, y entre una u otra cosa, en el imaginario electoral la competencia por la presidencia puede convertirse en una competencia de dos y no se ellos uno de los polos.
 

viernes, 8 de septiembre de 2017

El conflicto en la política, ¿deslealtad a la democracia?


Ayer se instaló la mesa directiva de la Cámara de Diputados, tras varios días de conflicto y desacuerdo entre los partidos políticos.

Es cuestionable si era legítima la obstrucción del inicio de sesiones. Los partidos Acción Nacional, Movimiento Ciudadano y de la Revolución Democrática buscaron obligar al PRI a modificar la elección del futuro Fiscal General en el Senado, cosa que sucedió; sin embargo, hay un fenómeno que me parece por demás preocupante, el enfoque de los medios de comunicación hacia el conflicto.

Invariablemente se habla de la falta de cultura cívica de los mexicanos, de la falta de memoria histórica y de pensamiento crítico en temas políticos, pero el caso del bloqueo del inicio de sesiones en la Cámara de Diputados pone en evidencia la falta de criterio de periodistas y columnistas.

Titulares que incluyen palabras como “secuestrada” “ingobernabilidad” “inestabilidad” “cerrazón” “terquedad” ponen el acento en lo incorrecto de la estrategia elegida por los partidos de oposición, me pregunto ¿en qué sistema político creerán que se encuentran? Nadie se calla la boca al criticar los altos costos económicos de la democracia mexicana y la ineficacia de ésta para redundar en mejores decisiones y opciones políticas que generen bienestar, rendimiento de cuentas y menor corrupción. No se necesita tener más de 18 años para saber lo antiético que se comportan nuestros políticos, entonces ¿de dónde sale ese profundo sentimiento institucionalista para defender el funcionamiento inefectivo pero legalista (como el truco de detener el reloj legislativo) del sistema político? ¿Cuál es el miedo al conflicto? Después de todo ¿no es la política el arte de lograr acuerdos? Los conflictos no son más que desacuerdos, no hay ningún motivo de vergüenza en defender las ideas.

En las teorías de transición, particularmente en los trabajos de Juan Linz se habla de los partidos leales o desleales a la democracia; siempre que ésta ofrezca oportunidades reales de obtener el poder, fuerzas beligerantes pueden optar por la vía pacífica, de otra forma, los incentivos para descalificar el proceso como “ilegítimo” y optar por otras alternativas siempre estarán presentes. En esos términos, la línea divisoria entre lealtad o deslealtad a la democracia se vuelve borrosa.

En México, ante la desilusión democrática la deslealtad empieza a ganar terreno, las descalificaciones al proceso electoral y las protestas empujan la línea cada vez más a terreno negativo, querer jugar a la rigidez institucional puede terminar por causar la implosión del sistema.  La deslealtad a la democracia no es un tema de tendencias políticas, los ejemplos están al sur del continente, tanto la izquierda con los movimientos guerrilleros, como la derecha con los golpes de Estado se han mostrado desleales a la democracia, cada cual la justifica a su manera.

Señalar un conflicto malo “per se” no es más que una defensa del estatus quo, más ante una democracia tan incompleta como la mexicana. En el fondo, cada columnista que usa esa perspectiva solo demuestra que en el fondo no tiene más que un priista en el fondo de su corazón que añora las épocas de un orden a cualquier costo, un orden antidemocrático a final de cuentas.

jueves, 31 de agosto de 2017

Fintech, no gracias.


Esta semana el bitcoin llega a los $4,300 USD, o a una cotización en por arriba de los $80,000MXN; cifras bárbaras, sobre todo si tomamos en cuenta que a principios de año muy pocos habíamos escuchado siquiera la palabra “bitcoin” y que siguen siendo pocos los que saben para que sirve, además de ser un medio para la especulación. Lo único evidente para cualquiera que lo analice es que es una burbuja, un producto que se adquiere esperando ser vendido en el futuro a un mayor precio, de ahí que su costo actual sea el doble que hace tan solo mes y medio.

El bitcoin es una innovación tecnológica con un fundamento teórico atractivo, parte de una corriente trasformadora que tiene el potencial para ser calificada como una nueva revolución industrial. Esta revolución industrial está basada en la explotación y análisis de datos a gran escala y en la automatización de la toma de decisiones, lo cual en los sistemas financieros amenaza al mismo tiempo a los empleos de los corredores bursátiles como a los mismos bancos; los segundos, al no adaptarse a esta tendencia pueden perecer en la destrucción creativa shumpeteriana, olvidados bajo el efecto Kodak.

El lado positivo de tal revolución industrial es la promesa de mejores servicios financieros, la puerta a la inclusión financiera, el crédito personalizado, no más asimetrías de información, no más costos por garantías; el traje crediticio a la medida del usuario.

Suena bien, solo que, como usuario, la experiencia del desplazamiento humano por sistemas personalizados no me deja satisfecho, más bien escéptico. Los servicios financieros a través de plataformas tecnológicas no son novedad, lo fueron en su momento los cajeros automáticos y la banca telefónica; ambas al día de hoy no son del más alto estima de los clientes bancarios.

Hoy con casi 10 años de experiencia en el mundo financiero, y con estudios especializados en la materia, desconfío de los sistemas tecnológicos para resguardar mis recursos; no usarlos no es una opción, pero no dejo de tener temor de los errores “no humanos” por una sola razón, cuando existe una persona detrás de las instituciones, éstas están abiertas a aceptar un error, cuando es un programa, el cliente miente, el sistema nunca se equivoca y, por tanto, el cliente siempre pierde.

Tengo los mismos problemas que todos los usuarios de servicios financieros en México, cargos indebidos, el cajero automático no me devuelve la tarjeta, ciclos sin fin en los menús telefónicos, falta de respuesta en las sucursales bancarias porque el sistema está automatizado, etc. En todas ellas el resultado de la conciliación siempre es contraria al usuario.

Banca digital, instale una app, pida el token, escriba la clave aquí, otra clave, foto del iris, etc. Todos los posibles escenarios están fríamente considerados, el sistema funciona, no falla, está programado. ¿Y si no hay internet? ¿Y si no hay pila o electricidad?

Lo siento mucho, pero bajo el actual contexto de protección al consumidor, Fintech, no gracias.

martes, 16 de mayo de 2017

#Yofui132

Hace 5 años sorprendió la reacción inmediata de un grupo de jóvenes universitarios, a las descalificaciones a sus legítimos cuestionamientos, por el entonces candidato Enrique Peña Nieto durante la visita a la Universidad Iberoamericana.

Como ocurre normalmente en la retórica de las campañas, los candidatos están acostumbrados a hacer oídos sordos a réplicas a sus palabras, la asimetría del acceso a los medios de comunicación es una constante; pero no esta vez, la revolución tecnológica dio muestra de su poder igualador, la réplica de los jóvenes no fue por radio ni por televisión, fue por un video subido en internet que inmediatamente se difundió por todo el espectro. La campaña del PRI no podía ignorarla, la espontaneidad de la respuesta generó expectativas, abrió la ventana de oportunidad para que una generación creyera que podía hacer oír sus demandas y sus ideas para el próximo gobierno. De esta forma, la solidaridad y la esperanza se alinearon en #yosoy132 el N número de personas que apoyaría a los 131 estudiantes cuestionados de la presentación en la Universidad Iberoamericana que obligó al candidato priista a refugiarse en los baños.

Rápidamente la creatividad del movimiento impactó en varios frentes, como los debates, los medios de comunicación y las propias universidades. Desafortunadamente, lo que la espontaneidad del deseo de cambio y voluntad del espíritu llevaron a ser el sello de las campañas, se volvió intrascendente tan pronto como el nuevo gobierno asumió el poder.

A cinco años de distancia, ¿qué reflexiones son pertinentes de cara a la situación de la juventud en 2017? y evidentemente, especulado, ¿pudieran ser distintas estas circunstancias de haber tenido un fin distinto el movimiento? A 18 meses de la próxima elección, ¿hay posibilidad de articular un movimiento similar que establezca una nueva agenda juvenil?


En primer lugar y sin duda lo más destacado del #yosoy132 fue la evidencia de que en México existe un espíritu rebelde en la juventud, recordando el dicho de Salvador Allende “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, parecía que México padecía de la falta de un sector creativo y reaccionario, y que la creatividad y frescura no podían ser parte de la política nacional, #yosoy132 hizo eso, reaccionó, cuestionó, exigió y propuso. En segundo lugar, dio ejemplo de que la historia no lleva una dirección lineal, sino que puede ser trastocada, las certidumbres no existen, el mundo gira cada vez más rápido, las distancias se acortan y la comunicación debe ser bidireccional gracias a las nuevas tecnologías y quien mejor para explotarlas que los jóvenes. Tercero, que se puede generar una coordinación formal entre los jóvenes para defender una agenda basada en intereses y preocupaciones en común; más allá de las diferencias entre puntos de vista políticos, intereses económicos y posiciones sociales; para el bienestar de las nuevas generaciones.


Cuarto, la organización es un camino que conlleva aprendizaje, los conflictos internos son un elemento constante en toda organización y movimiento, sin embargo, el compromiso con la causa debe ser “a prueba de balas”, por lo que uno de los primeros pasos en la conformación de una organización debe ser establecer los mecanismos de gobernabilidad, el cómo dirimir las diferencias al interior, en lugar de permitir la existencia de una gobernanza donde elementos ajenos tienen influencia de manera informal. De esta forma, una estructura de toma de decisiones podrá ser suficientemente eficaz y mantener el respaldo legítimo de los miembros del movimiento, en lugar de, como ocurrió, estar basado en desconfianzas y hacer de las asambleas eternas la base de la toma de decisiones, porque se desea una toma de decisiones horizontal.

Esta última podría ser la lección más importante, pues fue tal el deseo de igualdad lo que burocratizó el movimiento, lo desgastó y lo desconceptualizó; el inicio del movimiento fue una acción coordinada bajo la idea de un miembro (el video en respuesta a Peña Nieto), más adelante, en las últimas etapas, acciones como la preparación de un debate no se pueden deber sino a iniciativas individuales y bajo otra bandera (más de 131) puesto que para ese momento las asambleas ya eran la base de la toma de decisiones. La repuesta política de los agraviados por el movimiento fue la búsqueda de la deslegitimación del movimiento; primero, señalando al administrador del medio de comunicación oficial del movimiento como agente de intereses particulares (ligados a un partido político) y en segundo lugar la cooptación de las cabezas visibles del movimiento (Antonio Attolini, como conductor de un programa de televisión en la televisora donde se llevaron a cabo las manifestaciones), nada extraordinario, pero exitoso debido a la desconfianza y falta de solidez del movimiento.

Quizá con una estructura sin asambleitis, nuevos liderazgos hubieran recogido la bandera #yosoy132 y el respaldo juvenil, pero ¿qué sería diferente en estos momentos?; especulando, se me ocurre que de entrada en el congreso mexicano habría más espacios para jóvenes con la agenda de empleo y de las oportunidades, probablemente la incidencia de los estudiantes pudiera haber sido mayor en la reforma educativa y, finalmente, creo que la constitución de la Ciudad de México  hubiera logrado bajar la edad de voto juvenil a los 16 años como se proponía.

Una organización estudiantil y juvenil no tiene por qué estar basada en la anarquía para mantener su espíritu, el ejemplo más importante pudieran ser las organizaciones estudiantiles chilenas, que año con año luchan y mantienen una agenda permanente de cambio en la educación, teniendo éxitos del tamaño de la obtención de curules en el Congreso. Creo que ese es el camino que se deben plantear todos, TODOS los grupos estudiantiles, dejar el sectarismo y las manifestaciones cada 2 de octubre como acciones principales, sentarse, dialogar y avanzar en una agenda que no deje el gobierno a la gerontocracia. Hoy para la generación joven denominada milenials, (por obra de la mercadotecnia) los retos son claros: las jubilaciones, el desempleo, la falta de oportunidades y acceso a vivienda independiente de sus padres. Cada grupo, cada individuo tendrá sus propias perspectivas, pero en lo que sin duda todos estarán de acuerdo es que no querrán dejar en manos de las personas mayores de 50 años el destino de su patria como ocurrió en la elección norteamericana y el referéndum de Gran Bretaña.

lunes, 27 de marzo de 2017

Reseña del Informe sobre el Desarrollo Mundial, “La gobernanza y las leyes” del Banco Mundial

El crecimiento económico más alto en las últimas décadas ha sido sin duda el de China, y, sin embargo, la estructura institucional del país se ha basado en la toma de dirección centralizada de la economía por parte del Estado desde antes del aumento sostenido del Producto Interno Bruto. ¿Qué puede significar este hecho para organismos internacionales que analizan y emiten recomendaciones de políticas enfocadas en las ventajas de la competencia y la apertura comercial como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o el Banco Mundial (BM)? Significa que para que las políticas públicas logren los objetivos planteados el enfoque en el flujo de las decisiones puede ser más importante que la institucionalidad que las ejecuta. En el caso de China, el cambio se dio mediante políticas adaptativas de las instituciones tradicionales debido a profundos cambios en el liderazgo colectivo.

El anterior análisis es ejemplo del cambio de perspectiva que ha tomado el BM en su más reciente publicación del Informe sobre el Desarrollo Mundial, “La gobernanza y las leyes”. Sorprendentemente, el planteamiento para el análisis de políticas públicas usado en el documento establece como elemento fundamental las relaciones de poder de los participantes en las negociaciones y que las “arenas”, ese espacio en el que los participantes relevantes plantean e impulsan sus posturas, no son necesariamente formales, de tal forma que los acuerdos para sacar adelante determinada política pública no necesariamente se logran en el espacio público-gubernamental.

La publicación insignia del BM de este año llama gobernanza a este “proceso de interacción entre actores estatales y no estatales para formular y aplicar políticas en el marco de un conjunto determinado de reglas formales e informales que moldean el poder y son moldeadas por éste”, sosteniendo que es bajo ésta consideración como las propuestas de política deben ser analizadas, de forma que se logren las soluciones más eficaces, que no necesariamente serían las óptimas.

El marco de gobernanza planteado puede ser utilizado tanto a nivel local como a nivel nacional e internacional, y lo ejemplifica mediante varios casos, en los que el objetivo es lograr el desarrollo a diversos niveles, seguridad, crecimiento y   equidad ¿porque en Somalilandia una región autónoma de Somalia ha vivido 20 años de estabilidad mientras que Somalia ha experimentado constantes rupturas del orden Estatal? ¿Porque los recursos naturales han resultado una “maldición” para ciertos países?

Partiendo de la identificación de los actores que intervienen en la gobernanza, el diagnostico dependerá de las asimetrías del poder, siendo entonces necesario, como primer paso, corregir las asimetrías, y, en segundo lugar, lograr que los actores tengan los incentivos suficientes para actuar con compromiso, con coordinación y con cooperación.

Este año el Banco Mundial sorprende con un documento basado en los teóricos fundamentales de las ciencias políticas como Robert Dahl, Gaetano Mosca o Michel Foucault y cual, si se hubiera olvidado de su propia práctica tanto en América Latina como en Europa del Este, señala las leyes como elementos secundarios en el logro de políticas. Finalmente, la propuesta del BM invita a:

•Reflexionar no solo sobre la forma de las instituciones, sino también sobre sus funciones.
•Reflexionar no solo sobre el fortalecimiento de la capacidad, sino también sobre las asimetrías de poder.

•Reflexionar no solo sobre la ley en el papel sino sobre el papel de la ley.


sábado, 25 de marzo de 2017

Al ritmo del G20



Menos de 10 años[1] duró el trato fraterno entre los países desarrollados y emergentes reunidos en el G20. Éste grupo, como antes lo fue el G8 y el G6 busca coordinar y establecer las directrices del sistema económico mundial, entendiendo que la soberanía nacional ya no basta para mantener bajo control las variables financieras más importantes; a éste mecanismo de coordinación podríamos llamarle gobernanza financiera.
Hoy en día, previo a las reuniones; los analistas pueden formarse una idea más o menos clara de lo que se discutirá, las posturas con las que llegan los actores y el rumbo que se espera tomen las cosas. En las cumbres similares hace dos décadas la información era limitada, gran parte de la identidad de los involucrados desconocida y la agenda y los compromisos resguardados bajo el más alto nivel de secrecía.
Por otro lado, al igual que antes, para los ciudadanos resulta difícil entender la trascendencia de éstos encuentros de alto nivel; al finalizar se publican sendos comunicados con rutas hacia un destino de bienestar inevitable, que pasan por la cooperación y la firma de documentos protocolarios, pero que muy remotamente establecen metas cuantitativas y mucho menos medidas en caso de no lograr algún elemento de la declaración. Como consecuencia, el mundo de las relaciones internacionales se vuelve una ociosidad para el común de la gente.
Sin embargo, a diferencia de los que sucedía antes, resulta que las reuniones actuales si tienen puntos finos que merecen ser seguidos por los ciudadanos de todas las nacionalidades, ya no son solamente los jefes de estado y de gobierno o los cancilleres los que participan de éstos acuerdos; ahora se suman a las discusiones supervisores financieros, titulares de finanzas y los banqueros centrales. Resulta que es en éstas reuniones donde se marcan las pautas para la inversión, las reglas bajo las cuales los bancos y otros organismos financieros operarán entre países, los acuerdos entre lo que sí estará permitido o no en la industria financiera, cómo se trabajará para fortalecer el crecimiento y la baja inflación y aquellas medidas para evitar la evasión de impuestos, en otras palabras, se discute, nada más y nada menos el ritmo al cual bailarán los países con sus políticas fiscales, monetarias y financieras.
Si los representantes un país se inclinan a favor de determinada política económica que podría ayudar al crecimiento de su país y resulta que la idea es contraria a éstas directrices del G20, difícilmente llegará a implementarse y a muy altos costos. Por ejemplo, disminuir el capital requerido a los bancos para impulsar el crédito, podría ser una medida coherente, sin embargo, las consecuencias de facto serán que los inversionistas globales se alejarán de su país por una cuestión reputacional, ya que al no cumplir con los estándares de Basilea III que piden mayor nivel de capital se consideraría una jurisdicción poco segura para invertir.
Este escenario es el mismo si se es miembro o no del G20, las directrices o “buenas prácticas” acordadas impactan a todas las economías, no solo a los miembros. Como se mencionó, la gobernanza hace necesaria la participación de países como México, Arabia Saudita o Sudáfrica; en el sentido de añadir representatividad; más no necesariamente en la fijación de la agenda.
La dinámica real del organismo quedó establecida desde las primeras reuniones, el consenso obtenido entre los países desarrollados es más que suficiente para establecer la agenda; en cambio, cuando el consenso se rompe entre las potencias una historia distinta sucede, actualmente podemos ver como Estados Unidos presenta disensos respecto a medidas a favor del libre comercio; ¿habrá consecuencias reputacionales que obliguen a modificar sus políticas? De ninguna manera, de hecho, resultan tan irrelevantes las reglas del juego fuera del consenso que incluso si se establecieran medidas coercitivas o formales el resultado sería el mismo; está por verse como logra la Organización Mundial de Comercio donde si existe un acuerdo formal, evitar las medidas proteccionistas del presidente Trump.
Si, el mundo necesita coordinación, reglas y acuerdos; la soberanía en nuestros tiempos no es lo que fue en tiempos de la Unión Soviética, sin embargo, al ver la agenda de los organismos internacionales podemos identificar como hay miembros que son sujetos de las reglas y miembros que las redactan. He ahí la causa de que los ciudadanos de las naciones en desarrollo deban prestar más atención a éste juego de la política internacional, de ello dependerá el margen de actuación de sus gobernantes en las políticas económicas a nivel interno.



[1] Considerando a partir de la Cumbre de Washington celebrada el 15 de noviembre de 2008.

lunes, 13 de marzo de 2017

La agenda del FSB para 2017; consolidación y evaluación de las reformas


El pasado 8 de febrero tuvo lugar la primera reunión anual del Financial Stability Board (FSB), los temas presentados en ésta serán los que estaremos viendo en la agenda del G2O en la reunión de julio en Alemania.

A casi 10 años de distancia de la más reciente crisis financiera global, la agenda de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se enfocó en la revisión de la implementación de las reformas y la calibración de los resultados indeseados o subóptimos, tanto en países desarrollados como en mercados emergentes, pero con un énfasis en los últimos. En la ruta de las reformas, el trabajo de implementación ha recaído principalmente en los organismos especializados como el Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria o en la Organización Internacional de Comisiones de Valores, mientras que el FSB ha actuado como el eje articulador y la cara visible de las reformas ante el G20. De tal manera que, tras cumplir con sus mandatos, inicia una nueva etapa de trabajo enfocado en la evaluación de la coherencia y la identificación de los efectos no deseados de las reformas como un todo, por lo que al día de hoy se encuentra recabando estudios y propuestas de los miembros y con base en éstos, en julio en la reunión del G20, se presentará el plan de trabajo correspondiente.

Respecto a los temas aún por concluir; se presentó un reporte sobre la interdependencia entre las contrapartes centrales, los miembros liquidadores preponderantes y los proveedores de servicios financieros. Este punto va alineado con la consulta publicada en febrero sobre la guía de resolución de contrapartes centrales. Hay que tener en mente que la infraestructura de los mercados también ha sido considerada como parte de la clasificación de Instituciones Financieras Sistémicamente Importantes, aunque no necesariamente se puede esperar una lista como las que publica el FSB para bancos o aseguradoras cada noviembre.

En cuanto a los temas de la agenda de mayor relevancia para los países emergentes, (discutidos en el foro ad oc, organizado en las mismas fechas) se sigue haciendo mención a los impactos en la liquidez de los mercados de valores locales, ya que medidas como la estandarización de instrumentos derivados o la negociación de los llamados derivados “over the counter”, pueden provocar la disminución de las operaciones en sus mercados, tanto por mayores costos, como por limitaciones regulatorias de los países en los que se encuentran los participantes del mercado.

Mientras que en el seno del G20 participan países emergentes como los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), otros como Argentina, México, Corea del Sur y aquellos invitados por el anfitrión; en el FSB se ha buscado la forma de dar voz a todos los países mediante la conformación de diversos grupos regionales, de forma que puedan dar seguimiento a tendencias y retos de la regulación discutidos por los miembros de la plenaria del organismo y a su vez éstos puedan plantear aquellos temas que consideren deban ser discutidos a nivel internacional. Así es como se ha logrado que uno de los recientes puntos de atención del FSB sea el impacto en las relaciones entre bancos a través de las fronteras, pues debido a la sobrecarga de medidas preventivas de lavado de dinero, en algunos países se inhibe la prestación de servicios a otras jurisdicciones, (el llamado de-risking), teniendo impactos en la actividad económica; resultado de esto es que en diciembre del año pasado el FSB publicó un documento sobre el plan de trabajo para el grupo encargado de atender el tema.

Al tiempo que se vaya concluyendo con el trabajo de la agenda poscrisis, entre los asuntos que irán tomando fuerza se encuentra el relacionado con el cambio climático, para el cual el FSB creó un grupo de trabajo relativo a la revelación de aspectos que afecten el cambio climático y para el cual ha sido emitido para consulta un documento. En el mismo sentido, encontramos las propuestas de trabajo en fintech, ya que es un área de oportunidad para que los mercados emergentes logren un mayor alcance de usuarios de servicios financieros.


Restará ver si los cambios en la orientación ideológica de los nuevos gobiernos, háblese Estados Unidos, Francia o Reino Unido, permitirán mantener la dinámica de trabajo y los compromisos logrados en éstos casi 10 años.

domingo, 5 de marzo de 2017

Nueva propuesta de reforma a la regulación financiera norteamericana, ¿Negación de la crisis financiera del 2008?

A menos de un mes de gobierno, Donald Trump ha emitido un decreto ejecutivo que busca modificar la reforma financiera del año 2010 conocida como “Dodd-Frank” (D-F) a la cual califica de “desastre”, lo que inmediatamente ha hecho saltar el precio de las acciones de las empresas financieras. Ante esta posibilidad habría que preguntarle, ¿Qué acaso vivió fuera de la tierra entre 2007 y 2012? Siendo un empresario de tal relevancia es imposible que sus negocios se hayan visto inmunes ante la extensión de la crisis, ya sea por las consecuencias de las hipotecas basura o por la contracción del crédito bancario.
El decreto ejecutivo instruye a las agencias reguladoras realizar una revisión de la congruencia de sus acciones y resultados con los siguientes principios:

·        “(A) capacitar a los estadounidenses para tomar decisiones financieras independientes e informadas en el mercado, ahorrar para la jubilación y construir riqueza en lo individual;
·         (B) evitar los rescates financiados por los contribuyentes;
·         (C) fomentar el crecimiento económico y la dinámica de los mercados financieros a través de análisis de impacto regulatorio más rigurosos;
·         (D) permitir a las empresas estadounidenses ser competitivas;
·   (E) promover los intereses estadounidenses en las negociaciones y reuniones sobre regulación financiera internacional;
·         (F) hacer que la regulación sea eficiente, eficaz y diseñada adecuadamente; y
·         (G) restablecer la rendición de cuentas dentro de los organismos federales de regulación financiera y racionalizar el marco regulatorio financiero federal.”

Si bien, por si mismos los principios no suenan descabellados, sino más bien coherentes (¿quién se podría imaginar una regulación que dijera lo contrario?) y partiendo de que todas las leyes son perfectibles, proponer modificaciones a una ley de más de 800 páginas en donde gran parte de las medidas no han logrado ser implementadas tiene sentido. Algo puede hacerse respecto de la complejidad regulatoria que establece distintas agencias de regulación dependiendo del tamaño y alcance de los bancos, o por ejemplo los requerimientos de capital para los bancos comunitarios; sin embargo, es el contexto y las declaraciones lo que prende las señales de alerta.

No han sido pocas las ocasiones que el presidente hace declaraciones en contra de las facultades de la Reserva Federal (FED) y su presidenta Janet Yellen; de hecho, Daniel Tarullo, miembro de la junta de la FED y principal encargado de la regulación bancaria, ha presentado su renuncia, dejando al ejecutivo poder para nombrar a alguien en su lugar, al igual que en otras dos vacantes en la institución.

En paralelo, el congresista Patrick McHenry, vicepresidente del comité de servicios financieros y parte de la bancada republicana han presionado a la FED para dejar de participar en las decisiones del Comité de Basilea, organismo emisor de estándares internacionales a nivel bancario.

Más preocupante aún resulta la existencia de un documento que delinea el sentido en que el irían los cambios en la regulación, en junio de 2016 (meses antes incluso de la elección presidencial) la bancada republicana presentó una propuesta de ley para los servicios financieros, nombrada como “The Financial Choice Act”, en la que con base en declaraciones descontextualizadas cuestiona la arquitectura financiera de la reforma D-F; entre otras cosas la creación del Comité de Supervisión de Estabilidad del Sistema Financiero, encargado de identificar riesgos sistémicos; los requerimientos de capital regulatorio (en sintonía con los Acuerdos de Basilea III); las medidas de resolución para los bancos considerados sistémicos; las facultades de supervisión de la FED sobre infraestructura sistémica e instituciones financieras no bancarias consideradas sistémicas, así como sus atribuciones en cuanto a realizar pruebas de resistencia financiera.

La infraestructura del sistema financiero en cualquier país es de utilidad pública (de ella dependen los sistemas de pagos), la regulación que se aplica a esta industria se le denomina “prudencial” porque su objetivo es la toma responsable de riesgos por parte de los participantes del mercado, debido a las consecuencias que pueda tener para el país. A su vez, en un mundo de libre flujo de capitales y mercados financieros operando las 24 horas al día, la estabilidad financiera es un bien público global y en el mismo sentido, el éxito de las medidas que tienden a tal fin está en que no se requiera de rescates por parte de los gobiernos. Si se quisiera de verdad dejar de favorecer a los grandes bancos (clasificados de acuerdo a los estándares internacionales como Instituciones Financieras Sistémicamente Importantes (SIFI)), se debería proceder a su nacionalización y no a la eliminación de la red de protección del sistema, pues la toma de riesgos a costa de un daño a la población siempre estará latente, no hay forma de que los costos de un rescate sean mayores a los costos para la economía nacional del permitir la quiebra de un particular sistémico. En caso de ir en tal sentido, las reformas, se volvería al “business as usual” y se olvidarían las declaraciones del CEO de Morgan Stanley, John Mack en 2009, “No nos podemos controlar a nosotros mismos”.

Por lo pronto el primer paso ya se ha dado en ese sentido, el mismo 3 de febrero de 2017 fue firmada una segunda orden ejecutiva que, argumentando que los usuarios de servicios financieros tienen derecho a tener todas las opciones de inversión, revisará la responsabilidad de los asesores financieros de actuar a favor de sus clientes, lo que permitiría a los asesores ofrecer productos que no correspondan al perfil del inversionista pero que les generen mayores comisiones.

Tanto la orden ejecutiva, como la propuesta del congresista Patrick McHenry; por su subjetividad, no dejan más que inferir que se encuentran impulsadas por el lobby financiero, lo único que se puede comparar con dicha irresponsabilidad es la negación del cambio climático. Algunos medios como la revista “The Economist” señalan que difícilmente se cambiaría algo sustancial de la D-F, pero hasta ahora no deja de sorprender como la irracionalidad se apodera de los contrapesos del sistema político de Norteamérica ante las amenazas de Donald y dejan el camino libre a sus medidas.


martes, 21 de febrero de 2017

A propósito de las elecciones en Ecuador…


Ecuador es un país sudamericano de algo más de dieciséis y medio millones de habitantes. En nuestra vida cotidiana es probable que solamente lo tengamos presente debido a que en él se localiza la famosa Isla Galápagos en donde Charles Darwin se inspiró para su libro “El origen de las especies” y que en todo caso su nombre nos permite deducir su ubicación. Hoy se publica en todos los diarios el resultado de la jornada electoral del domingo 19 de febrero de 2017. De una elección entre ocho candidatos a presidente, la contienda pasará a una segunda vuelta en abril entre los dos más votados: el ex vicepresidente del partido oficialista, Lenin Moreno y el ex banquero y candidato por segunda ocasión, Guillermo Lasso.

¿Por qué vale la pena poner atención a la elección de un país con un Producto Interno Bruto alrededor de 100 millones de dólares americanos, muy por debajo de Venezuela, Perú y Chile.

La elección presidencial representa mucho en términos ideológicos, Ecuador fue el origen de algunas de las mayores propuestas de la política integracionista y del discurso del socialismo del siglo XXI impulsada por el comandante y expresidente venezolano Hugo Chávez.

Con un antecedente en el que una seguidilla de presidentes fueron derrocados por manifestaciones populares debido a los malos manejos económicos y de corrupción, en 2006 llegó a la presidencia Rafael Correa Delgado, economista que inmediatamente se identificó con las ideas de izquierda de otros presidentes regionales como Evo Morales de Bolivia y el mismo Hugo Chávez en Venezuela.

Correa logró exitosamente estabilizar la economía de su país y llevar a cabo un proceso de refundación nacional similar al de los países mencionados, primero generando un movimiento-partido a su alrededor y segundo ganando la legitimidad necesaria por medio de la convocatoria a un congreso constituyente para redactar una nueva constitución.

Las iniciativas más trascendentales del presidente Correa fueron en materia económica; como parte de su campaña electoral planteó el dejar de pagar la deuda externa, sosteniendo su postura con una defensa jurídica basada en la doctrina de la “deuda ilegítima”; por otro lado, en un inédito ejemplo de la búsqueda de un equilibrio entre progreso económico y respeto al medio ambiente, propuso la conservación del parque nacional Yasuní mediante la no explotación de los recursos petroleros a cambio de una compensación internacional por los ingresos que no se recibirían.

En ambos temas se generó un debate internacional que rebasó los alcances de las decisiones nacionales del Ecuador. La negociación de la deuda puso en la mesa el tema de cómo se debe resolver la carga que ésta genera a los Estados y en última instancia atender el origen de las mismas, tomando en cuenta el papel de los prestamistas como corresponsables en situaciones de corrupción. En cuanto a la iniciativa Yasuní-ITT la solidaridad internacional para conservar la región fue insuficiente, obligando al país a explotar los recursos del subsuelo.

Hoy Correa lleva más de 10 años en el poder, su ciclo ha terminado y Lenin Moreno es el candidato que representa la continuidad del programa de gobierno actual. Sin embargo, por las cifras preliminares, de lograr reunir el voto de otros candidatos de oposición para la segunda vuelta electoral, Guillermo Lasso confirmaría el cambio de tendencia ideológica en la región.


Por su puesto los ecuatorianos estarán votando por sus intereses como nación, pero las acciones que el actual gobierno de este pequeño país ha llevado a cabo generan un importante precedente internacional. Si gana el exbanquero, ¿valdrá la pena voltear a ver lo que sucede en Ecuador?

sábado, 18 de febrero de 2017

El complejo de mirar al sur


Si en algún momento los países de Latinoamérica no quisieran ser como México ese momento es ahora. Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, México ha sido el esparring de boxeo para obtener el aplauso fácil al interior con su política “Make América great again” basada en la xenofobia y el nacionalismo a ultranza. Incluso el presidente venezolano Nicolás Maduro a preferido voltear la cara hacia otro lado y tratar de quedar fuera de la bazuca declarativa de Trump.

Hasta ahora ha habido pocas referencias a la región, seguramente por el desconocimiento de las agendas nacionales. El nuevo presidente se ha pronunciado en favor de los diálogos de paz en Colombia, ha hablado telefónicamente con el presidente argentino Mauricio Macri (a quien conoce previamente por negocios en común) y recientemente se declaró por la liberación del opositor venezolano Leopoldo López.

Sin embargo, todos los países saben que, si bien no están en los zapatos mexicanos si en el mismo barco en temas como la migración y el comercio, de ahí que la respuesta inmediata sea cerrar filas con México.

Mientras que Brasil y Argentina han dado su apoyo y señalado su disposición a mejorar las relaciones comerciales, Bolivia ha sido más agudo por el lado político en boca del presidente Evo Morales, quien tendió la mano a México, para reforzar las posturas de no solo los emergentes de la región por medio de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), sino del grupo de países emergentes en las Naciones Unidas el G77.

Hasta el momento no ha habido una declaración por parte de la cancillería mexicana a la invitación boliviana, ¿pero sería conveniente a los intereses mexicanos aceptar dicha propuesta? Evo Morales sabe perfectamente que el actual gobierno de México difícilmente tomará una postura a favor del regionalismo propuesto, no solo por el actual gobierno, sino por la tradición política en materia internacional del país. 

México alguna vez fue parte del G77, grupo al que abandonó en 1994 por considerarse mejor representado en el grupo selecto de países en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Tal salida es muestra de una política exterior desubicada y auto flagelante pero constante de México, “hasta en los perros hay razas” parece ser la interpretación al silencio hacia el presidente boliviano.

Dentro de la tradición en política exterior mexicana se ha defendido la no intervención (Doctrina Estrada), al tiempo que gusta de asumir posturas de facilitador de negociaciones en los conflictos (política en los años 80 sobre todo en Centroamérica) y de preferir las negociaciones por fuera de los bloques (terminando por romper consensos regionales como por ejemplo entorno a las negociaciones de deuda de los 80, en el Consenso de Cartagena).

Interesante que se invite a fortalecer la CELAC, no Unasur y no Mercosur. La CELAC recordemos fue creada en México, bajo la presidencia de Felipe Calderón, en los tiempos en que la bandera de la integración era exaltada por el presidente brasileño Luiz inacio Lula da Silva y el presidente Venezolano Hugo Chávez. No suena descabellado pensar que el objetivo era reorientar el proceso integracionista de aquel momento. Hoy vemos que el momentum de la organización ha pasado y en la última cumbre en República Dominicana el desinterés se hizo evidente, al participar una minoría de presidentes, entre los cuales estuvieron ausentes los de México, Argentina y Brasil.

La invitación de Evo Morales parece ser más bien un coqueteo malicioso, quizá un llamado no al gobierno sino a otros actores políticos, a aquellos que pueden cambiar el rumbo de la política exterior y tienen claro que no existe la llamada “relación especial” entre México y Estados Unidos como la hay entre éste último e Inglaterra  y que mantener la postura de rechazo a los bloques integracionistas de la región (la alianza del pacífico dista mucho de serlo) no repercutirá en ningún beneficio para los intereses nacionales y si en su constante degradación.

Evo sabe bien que si logra alinear a México en la idea integracionista de la CELAC y en el grupo de países emergentes del G77 los bloques tendrían nuevas cartas para negociar en el juego multipolar. Después de todo, México tiene argumentos contra la postura del presidente norteamericano, pero los actuales dirigentes nacionales no piensan en geopolítica por las mismas causas que les impiden solucionar situaciones tan graves como la corrupción, por no convenir a sus intereses personales, y en  cambio están dispuestos a recibir lo que sea que el señor Trump quiera dar. Es quizá no un llamado a esta administración sino una primera aproximación para el que viene. El tiempo dirá.

domingo, 22 de enero de 2017

Incertidumbre y distropias, el 2017 en adelante

El 2016 terminó como el año de los resultados inesperados en términos democráticos en diversos países, desde la elección presidencial filipina hasta la norteamericana, pasando por el proceso de consulta popular en Reino Unido para la permanencia en la unión europea y el referéndum del plan de paz colombiano. Todos estos en su momento shocks políticos e incertidumbre mundial.
La incertidumbre causada por estos fenómenos quizá tuvo que ver más con las expectativas que con el resultado, lo que nos habla de la forma en que recibimos la información con la que formamos nuestras ideas.
¿Acaso cada uno de los ciudadanos que se presentan en las urnas a votar por una opción con menores posibilidades va sin la menor esperanza de que sus afinidades se vean en la realidad?  Racional o irracionalmente, aquellos en las urnas van con alguna expectativa, en cambio aquellos que no la tienen puede que ni siquiera se tomen la molestia de presentarse a sufragar.
¿Acaso no pensaban los votantes de Reino Unido lo que traería la salida de la Unión Europea? ¿Acaso no pensaban los colombianos en lo delicado de votar por el No en el referéndum? Seguramente si, bajo distintas perspectivas. Puesto que dichas opciones ganaron, se entiende que esa era la realidad, luego entonces la información difundida en los medios de comunicación era sesgada, manipulada o incorrecta; aunque la justificación de las encuestadoras será que su trabajo no es la predicción sino la “fotografía del momento” y posteriormente las opiniones cambiaron.
¿Qué expectativa podría tener un votante por la opción contraria a la paz en Colombia? Cuál sería la expectativa de aquellos a favor de Donald Trump? Parece que las promesas de un mundo mejor ya no son tan atractivas. Más bien, parece que la elección entre lo regular y lo malo no decanta hacia lo primero.
Pienso que el guion de 2017 inició en 2016. Los países más influyentes a nivel internacional como Estados Unidos e Inglaterra movieron primero, limitando los espacios de maniobra del resto de la comunidad internacional, pero el guion pinta para lo mismo; adiós a la globalización en sentido de un sueño, gracias por nada comercio mundial, competencia y cooperación; erremos las puertas de nuestra casa y las fronteras de nuestra nación, quien se quede afuera verá cómo se las arregla.
No solo los países prósperos rechazan a los migrantes, esto también sucede en los países de tránsito, tanto en Europa del este como en Centroamérica.
El mundo actual ha hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres y sin embargo, los hechos de 2016 parecen encaminar el futuro hacia intereses contrarios de los de la clase política global, mejor dicho, hacia la incertidumbre, porque, a final de cuentas, es muy probable que las élites mundiales logren sacar tajada de la circunstancia. Ejemplo, en estos días Morgan Stanley, uno de los bancos responsables de la crisis financiera del 2008 reporta que duplicó sus ganancias del último trimestre de 2016 tras la victoria de Trump; así también escuchamos que Carlos Slim ya encontró la forma para ingresar al mercado televisivo de Estados Unidos.
Tras la victoria de Trump se dibuja un panorama obscuro para américa latina en términos económicos,  y riesgoso en términos geopolíticos a nivel internacional. ¿De verdad será tan volátil la presidencia norteamericana?  Solo el tiempo lo dirá, lo que sí es verdad es que el el nuevo presidente tiene claro por qué gran parte del electorado voto por él. Trump no fue electo para ser cordial, para negociar, para buscar soluciones para todas las partes, fue electo para romper la inercia de las políticas cotidianas, para decir adiós Obamacare, adiós Dodd Frank, y adiós acuerdos medioambientales si impiden el trabajo de la mano de obra norteamericana.
La evolución de los hechos será lo que nos llevará al siguiente paso, si sabemos que no se quiere lo mismo que se tiene el día de hoy, ni tampoco una reacción intolerante contra fenómenos globales que no han beneficiado a la mayoría, habrá que poner manos a la obra para aquellos cambios de fondo en la dinámica del mundo.

Lo que estamos presenciando es un cambio histórico, Hobsbawn consideró al siglo XIX como muy largo y el como XX muy corto, el XXI  en términos históricos es una incógnita, aunque parece ser un escenario de cambio de dirección, y en el corto plazo parece que para mal. Sea cual sea esa dirección hay dos cosas seguras, en un mundo con recursos limitados y una creciente desigualdad de ingresos,  tarde que temprano la necesidad de sobrevivir se impondrá como reacción de la especie humana.