lunes, 18 de diciembre de 2017

Como si de carreras de caballos se tratara, analizamos a los candidatos con datos irrelevantes

Si usted alguna vez ha tenido oportunidad de presenciar carreras de caballos en los hipódromos o en las pantallas de un centro de apuestas sabrá que cuenta con un cuadernillo para analizar a los hermosos competidores. En estos cuadernillos se muestra una gran cantidad de datos, entre estos su desempeño en carreras de diversa distancia, la posición en diversos momentos, dueño, entrenador, padres, peso, peso del jinete, etc. Si finalmente se deja llevar por la emoción  y apuesta, eventualmente caerá en cuenta que las probabilidades de ganar realizando un análisis de los datos anteriormente seleccionados o basándose en la simple apreciación del corcel no son muy distintas.
 
La elección de un candidato puede ser igual.
Los candidatos (en general a todos los puestos de elección, pero teniendo en mente los candidatos a presidente de México) tienen un partido, platican sus propuestas, explican sus fundamentos, tienen un historial detrás y una imagen. El elector analiza todos estos elementos y deposita su voto. Como en las carreras de caballos, sin importar si eligió candidato por su apariencia física o por sus ideas, usted podría haber votado por el ganador. Desafortunadamente, el ganador terminará por decepcionar a sus electores pues por seguro incumplirá la promesa del mundo feliz que vendió durante su campaña.
El elector debe, por tanto, dejar de pretender llevar a cabo un análisis objetivo de ciertos aspectos de las campañas, debe básicamente desechar las promesas de campaña, debe relativizar los datos del candidato, así como lo que del candidato dicen analistas y demás “expertos”. El punto número uno es TODOS LOS CANDIDATOS MIENTEN.
Por más desalentador que suene, el mundo plasmado en las ofertas de campaña no llegará tras la elección, en todo caso, lo que se puede aspirar es a una corrección de ciertos aspectos que en el largo plazo podrían encarrilar el curso de la historia hacia ese punto maravilloso.
Punto número dos, por más convincentes que suenen los análisis a favor y en contra de las ofertas de campaña de los medios de comunicación, además de tener en cuenta el punto 1 tenga en cuenta que LOS MEDIOS DISTORSIONAN, CUANDO NO MIENTEN y lo hacen siguiendo favorecer los intereses de determinado candidato.
Estamos a final de año y aun no empiezan formalmente las campañas electorales, pero ya se escuchan las promesas de campaña, las réplicas, descalificaciones y adjetivos de todos cuantos tienen a su alcance el cuarto poder. Se señalan las inconsistencias de las propuestas, se machacan las incongruencias de las coaliciones, se juzgan como incompetentes, y todo ello bajo consigna, recuerde, los medios de comunicación son un negocio.
Punto número tres, no solo las promesas de campaña son inconsistentes, también lo son las líneas de acción de los partidos políticos respecto de sus fundamentos. Asi como elegir a un caballo de carreras por la apariencia física no es garantía, los colores, estatutos y fundamentos ideológicos son de poca utilidad cuando de escoger candidatos se trata.
Hasta aquí pensará que entonces es un sinsentido pretender hacer una buena elección de candidatos cuando todos son un volado, sin embargo, no todo está perdido, para este caso como para toda prospectiva, se cuenta con la historia como guía.
Si los partidos dicen defender ciertas ideas y principios, puede analizar cómo ha sido la coherencia de estos tanto como gobierno como en la generación de leyes, en última instancia LAS ACCIONES DE LOS GOBERNANTES SON RESPONSABILIDAD DE LOS PARTIDOS.
Lo mismo para los candidatos en lo particular, no se deje convencer por los años de ocupar tal o cual cargo público, sino en los elementos fundamentales de su actuar, el sentido de sus decisiones los resultados en el cargo, entre otros, la experiencia por sí misma no es más que una pantalla, por ejemplo, si soy el único que vende naranjas, si vendo dos o diez es un dato que no tiene contra que compararse, sin embargo, en los diversos ámbitos de actuación de cada candidato, si investiga podrá identificar aspectos comparables a sus estándares éticos, por ejemplo,  trato digno a las personas que lo rodean, la orientación a resultados, la pasión por el trabajo, entre otros. Los mismos elementos se verán reflejados en el cargo a elegir.
Un segundo elemento fundamental es la gente que rodea al candidato. Nada se hace por acción de una sola persona, se necesita un grupo de trabajo y el cómo se conforma ese equipo es la responsabilidad del líder, LAS FALLAS DEL EQUIPO SON LAS FALLAS DEL LÍDER. Se debe evaluar tanto la experiencia del candidato como la del equipo como una sola cosa.
Como ve, aunque tomar una decisión puede ser tan sencillo como en las carreras de caballos, el análisis no lo esta tanto, pues a diferencia de en los hipódromos, el análisis no es respecto de que elementos harán que el candidato sea el ganador, sino de quien será el menos malo una vez en el cargo, y por tanto la perspectiva cambia, es por eso que la coherencia en el pasado y del equipo son los elementos fundamentales para considerar las ofertas políticas.
Al elegir candidato recuerde el dicho, prometer no empobrece y ellos lo saben muy bien.

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