La incertidumbre es la falta de certeza sobre la ocurrencia
de cierto hecho, pero que puede ser previsto, y, por lo tanto, tener un impacto
calculado y controlado. Eso es el 2018, un año que nos mantiene en la incertidumbre
respecto del desenlace de los hechos ocurridos en años anteriores.
Sin predecir sucesos esto puede esperarse en el 2018:
Para México el 2017 se proyectaba como el coctel perfecto de
las condiciones adversas debido a la presidencia de Donald Trump en Estados
Unidos. La catástrofe no se atajó, se retrasaron los tiempos y ahora se combina
con la fiebre electoral del país en 2018, lo que ocasionará que las
declaraciones de Trump marquen el ritmo de las campañas en México.
La elección presidencial es el tiempo de echar toda la carne
al asador, la elección del estado de México fue muestra que el PRI no está
dispuesto a poner en juego el poder que tiene como gobierno. Mientras que el
2017 las cifras de violencia en el país superaron a las de otros años, en el
2018 la situación no hará más que empeorar, las campañas necesitan recursos. En
caso de que el candidato del PRI no obtenga la ventaja necesaria con toda la
maquinaria del partido, la eliminación del candidato puntero que pueda
significarle un riesgo podría estar sobre la mesa. Las condiciones económicas
no ayudarán, la inflación por encima del 6% tan solo a inicios de año, no hay
forma de manipular el tipo de cambio por 6 meses con el factor adicional de la
política fiscal norteamericana, el precio del dólar estará en julio por encima
de los 22 pesos.
México no está exento de las crisis mundiales, aunque son
impredecibles en su ocurrencia, el planeta se encuentra en un ciclo
irreversible de aumento de la temperatura de los océanos, en consecuencia, la
variación extrema de los climas tendrá gran impacto sobre las sociedades, sobre
todo las de aquellas menos preparadas.
La incertidumbre también se refleja
en las amenazas cibernéticas, la inteligencia artificial hoy es un hecho que
debería tener con los pelos de punta a los gobiernos, en 2017 google y Facebook
tuvieron que echar atrás algunos proyectos tras respuestas negativas de sus
experimentos, como comunicación indescifrable entre máquinas y personalidades
racistas. La burbuja del bitcoin tiene un impacto limitado, la amenaza seria
viene de nuevos casos como el jaqueo tipo “wannacry”.
No todo es malo, la vida sigue, y quizá en el 2018 se dé un
punto de quiebre que impulse nuevamente una agenda contra la desigualdad,
contra la pobreza o contra el cambio climático, pues para todas ellas existen
propuestas, como un enfoque en impuestos progresivo o una renta básica
universal o el acuerdo de París contra el Cambio Climático, lo que se necesita
es valor, el valor que demostraron las mujeres en el mundo entero para poner el
acoso y la agenda de genero bajo los reflectores en el 2017.
La historia es buena consejera, y quizá este 2018 le hagamos
un poquito de caso.