Las
elecciones norteamericanas se encuentran a unas cuantas semanas y tras
una serie de comentarios desafortunados del candidato republicano a la
presidencia, Donald Trump, el mundo empieza a bajar la guardia al ver
más cerca de la victoria para la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Es
evidente que el presidente de los Estados Unidos es la posición
política más influyente del mundo entero debido al papel que juega su
país en todos los ámbitos de la sociedad mundial y, sin duda, la
posibilidad de que un candidato con propuestas tan profundamente
xenófobas sea el ganador obliga a los principales socios a tomar las
debidas precauciones.
Sin
embargo, las más recientes encuestas en el país empiezan a dar un
margen cada vez mayor para la Clinton y debido al sistema electoral, una
posibilidad aun mayor de ganar por número de Colegios Electorales, y se
empieza a generar un ánimo de confianza en dicho resultado.
Ese
sentimiento puede estar equivocado. Donald Trump sigue fuerte y sigue
con amplias posibilidades de ganar la elección. Los eventos
desafortunados como declaraciones sexistas, perdida de apoyos dentro del
partido republicano y las derrotas en los dos primeros debates no lo
han llevado a derretirse, tal y como lo señala la revista TIME en dos
portadas recientes.
Recordemos
simplemente como a finales del año pasado, los analistas políticos
veían con poca seriedad la candidatura de Trump para las primarias
republicanas. Con más de 15 candidatos, entre ellos un miembro más de la
dinastía Bush y prominentes miembros de la agrupación conservadora “tea
party” el magnate de los negocios no figuraba como alguien
políticamente preparado para la elección presidencial.
Y,
sin embargo, esa condición de “outsider” ha sido la que lo ha llevado
hasta este momento. En todo el mundo se observa una tendencia del voto
hacia lo “antipolítico”, en Francia, en Austria, en Bélgica y otras
naciones europeas la tendencia política se ha inclinado hacia la
derecha, sobre todo identificada por ideas aislacionistas y contra la
migración. El voto Brexit en Gran Bretaña también es muestra de ello.
Desafortunadamente,
los partícipes del sistema político en los lugares donde se ha mostrado
ese fenómeno no han querido reconocer que son responsables de ello. Su
falta de resultados para con su sociedad hace que ésta busque otras
propuestas, otras alternativas, dejándose seducir con propuestas
políticas distintas, dejando en último lugar el análisis de su
viabilidad, total, mentiras y falta de eficacia es lo que siempre se ha
tenido. Justo eso es lo que representa Hillary Clinton, las mismas ideas
de siempre, el reflejo de todo lo que no ha dado resultados.
En
este tipo de elecciones, lo que menos hay es indecisos, aquellos
insatisfechos por el sistema se vuelven un voto duro que no importa lo
que suceda no cambiará, no importa lo degradante de los comentarios de
su candidato, el mismo Trump llegó a decir, “Podría disparar a gente en
la Quinta Avenida y no perdería votos”, porque tanto esa gente, como la
que está en contra saben lo que no quieren, no quieren lo que el otro
representa.
Aun
así, Clinton se mantiene a la cabeza en las encuestas, pero podría ser
solamente información incorrecta. El fenómeno de resultados contrarios a
lo previsto recientemente ocurrió en Gran Bretaña con el voto Brexit y
en el plebiscito por la paz en Colombia. Ambos se explican por las
mismas causas de voto antisistema.
Este fenómeno es explicado desde 1977 por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” donde
da cuenta de cómo los individuos con ideas formadas deciden callar sus
opiniones ante la percepción de que la opinión pública es contraria a la
propia y, de esta forma, se va gestando un clima abrumador a favor de
una idea distinta a pesar de no ser mayoritaria en términos reales.
Cualquier
seguidor de Donald Trump es consciente de que no es políticamente
correcto, que personalmente puede estar en desacuerdo en ciertas
posiciones, y, sin embargo, ser un fiel votante republicano.
¿Cómo
pues, se explicaría el voto a favor del No en el plebiscito por la paz
en Colombia? El clima mediático buscó expresar que el voto por el No era
un voto contrario a la paz, los medios de comunicación en todo el mundo
dieron amplia difusión a la firma de los acuerdos, se mostró a los
involucrados como héroes. Manifestar ideas contrarias era no estar del
lado correcto. Una vez dentro del templete de votación el anonimato del
voto permitió expresarse honestamente. Lo mismo sucederá en Estados
Unidos.
Por
otro lado, la configuración política de Estados Unidos no lleva a la
presidencia al ganador del voto popular, es una democracia indirecta. En
la mayoría de los estados, el voto mayoritario a favor de uno u otro
candidato hace ganador a éste del total de votos de los llamados
Colegios Electorales es decir, se relativiza el peso de cada voto de
acuerdo al número de colegios electorales de cada estado.
De
un total de 538 colegios electorales, el ganador debe tener el voto de
270, lo que termina por concentrar las campañas electorales en aquellos
estados en donde se considera que están más disputadas las elecciones,
los llamados “swing states” o estados que son inconsistentes en
la votación estatal a favor de un partido. Es en éstos en donde se
encuentra la clave para entender porque los analistas y encuestadoras
dan una posibilidad hasta del 95% a la candidata demócrata.
Sea
cual sea el resultado de la elección, desde ahora deberían estar
prendidas las alertas, no por el posible resultado de la elección, sino
por el sentido mismo de la democracia y su pérdida de confianza.
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