viernes, 14 de noviembre de 2014

Del #Yamecansé al #Quesevayantodos




La “desaparición” de los 43 normalistas en Ayotzinapa parece haber desatado una reacción en cadena en la forma en que un grano de arena puede, en algún momento provocar el deslave de una duna.

¿Por qué este evento ha provocado tanta indignación? Que es diferente en relación con el caso de la guardería ABC donde murieron 49 niños o el caso de el casino en Monterrey donde fueron masacradas 52 personas o el crimen de Tlatlaya donde murieron 22 personas? Por mencionar algunos hechos violentos de los que podríamos continuar señalando. 

Todas tienen en común el factor de generar una sensación de estar a la deriva en un ambiente en el que la brutalidad y la simple voluntad de algunas personas puede disponer de las vidas de quien lo desee y como lo desee.
No hay justicia en México, hay impunidad, no hay seguridad, hay la ley del más fuerte, no hay democracia, hay un sistema corrupto y corruptor.

Pensando en  el papel del gobierno en cualquier Estado, recuerdo cuando se hablaba del gobierno comunista cubano, que “oprimía a sus habitantes” y no tenían libertad. Se machacaba una y otra vez con el adjetivo de “comunista” para explicar todos los malestares que esa nación soberana enfrentaba.

En México el ciudadano no representa nada, de los 110 millones de mexicanos cerca de 80 millones cuentan con derechos políticos, pero es difícil encontrar a una persona que diga que le sirvan para algo esos derechos.

Lo único que puedo  imaginarme que es comparable a la condición del ciudadano mexicano ahora son los años del gobierno de Porfirio Díaz. Parece inaudito, y sin embargo existe gente que añora aquellos años de “bienestar económico” “desarrollo” “paz social”, las mismas palabras que el actual gobierno se la pasa repitiendo. 

De verdad, a fin de cuentas no hay concepto  del gobierno que refleje más fielmente la condición de México que la concepción marxista de una “junta que administra los negocios comunes de la clase burguesa” anunciado en el Manifiesto Comunista.

En cualquier foro se presenta a un funcionario como si fuera una eminencia a la cual sería un pecado ver a los ojos, si en verdad esas personas fueran tan buenas como dicen no estaríamos en las condiciones que estamos, o en última instancia son buenos como dicen pero no para los fines que se supone deben de serlo.
En estos momentos otro de los aparatos del sistema político hace su trabajo, los medios de comunicación “que terrible lo de la puerta de palacio nacional” “aquellos saqueadores que entran a los supermercados” “desvirtúan la protesta”. Ellos van a decir cómo debe ser llevada la protesta.

Quizá estamos en un punto donde la gente los “ciudadanos” no tienen nada que perder; “me quitas a mis hijos, mis hermanos, mi trabajo, mi bienestar, y reclamas por actos de vandalismo??”  más vale que esos hombres y mujeres que tienen algo que perder dejen sus comodas posiciones políticas y salven lo poco porque un pueblo sin nada que perder no perdona.

#Que se vayan todos,  y que nunca vuelvan

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