lunes, 27 de noviembre de 2017

La candidatura presidencial del PRI, el tema que no es tema

Desde el cambio en los estatutos del PRI en agosto de 2017 se podía dar por sentado que el candidato a la presidencia por esa institución política sería José Antonio Meade, ¿Qué sentido tendría el cambio de ser de otro modo?
 
Andres Manuel López Obrador lo dio por sentado unas semanas después y una semana antes del destape oficial Luis Videgaray hizo un destape de facto.
Durante todo ese tiempo ¿conoce a alguien que perdiera el sueño por no tener la certeza de quien sería el candidato del PRI? La llamada liturgia priista ha sido una estrategia para ocupar espacios mediáticos que traten de orientar de forma indirecta los ánimos de la sociedad, jugando a resaltar a uno o a otro, el talento de uno, la experiencia de otro, etc., pero la realidad es terca y cada que se apaga el televisor o se cierra el periódico la dura realidad es el reflejo de la incompetencia gubernamental, ¿quién puede estar atento a frivolidades partidistas con la inseguridad de las calles, la corrupción en cada proceso administrativo, las necesidades sociales y demás escenarios cotidianos?
Encuestadoras y columnistas de opinión se han empecinado en mantener viva la polémica, unos con datos sugestivos que en cada ocasión muestran una descarada manipulación, y los segundos dejan su poca reputación en cada columna con chismes de corredor. Ambos necios como un vendedor de fondos de inversión que le insiste al prospecto de cliente que la inflación no se refiere a la percepción de aumento de precios, sino a lo que las instituciones dicen.
 
Las percepciones son la realidad, los individuos racionalizan la poca o mucha información a su alcance, se forman una opinión y siguen con su vida cotidiana. Una opinión formada difícilmente cambia, más bien se refuerzan ante los grotescos intentos de manipulación por parte de las instituciones del Estado y del sistema político, ¿engaña a alguien la práctica de parar el reloj legislativo ante el incumplimiento de la responsabilidad de los congresistas?, ¿las decisiones de los tribunales electorales modifican la percepción cuando se señala que en una campaña electoral “no se rebasó por un 11 %, al contrario, se quedó debajo del límite de gastos”? ¿o se modifican cuándo un candidato  pretende hacerse pasar por precandidato para usar recursos del estado?
Desde agosto por lo menos se sabe quién va por el PRI, y se sabe que el candidato no es una blanca paloma, es cómplice del partido del gobierno y el partido en el gobierno y la corrupción son uno mismo.
Mientras tanto, el balón ahora está en la cancha del llamado frente ciudadano por México, a diferencia del proceso del PRI, un partido varias opciones, éste si necesita apresurar el paso, pues puede que su proceso no llegue a buen puerto, y entre una u otra cosa, en el imaginario electoral la competencia por la presidencia puede convertirse en una competencia de dos y no se ellos uno de los polos.