En estos tiempos, internet se ha
vuelto un elemento tan importante de la vida de las personas que, en menos de
20 años en que empezó a ser usado de forma masiva, su acceso está siendo
declarado como bien público en algunos países como en Estados Unidos o Europa.
Servicios relativamente simples
han evolucionado tan rápidamente gracias al internet para nuestro confort a tan
bajo costo que igual de rápido nos adaptamos a los cambios y esperamos ansiosamente
nuevas soluciones para nuestra comodidad.
A su vez, estos servicios han
cambiado la economía, Couchsurfing y airbnb han afectado la industria hotelera;
soundhound y napster entre otros han evolucionado la difusión musical;
googlemaps y uber han modificado la forma en que nos movemos; existen toda
clase de chats que por medio de varias generaciones han cambiado nuestra forma
de comunicarnos y no se diga de las redes sociales. Todos basados en las
posibilidades que brinda la comunicación por la red más grande e importante del
mundo.
Concebida como una red científica
entre universidades y entidades gubernamentales bajo el nombre de ARPANET que eventualmente
creció, internet requirió un organismo encargado de su gestión y asignación de
las direcciones y dominios de las paginas, primero bajo el gobierno de Estados
Unidos, posteriormente bajo una organización sin fines de lucro llamada Corporación de
Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN por sus siglas en
inglés).
A fin de mes, ICANN dejará de depender en parte de
Estados Unidos, ya que a
través de un contrato con la Administración Nacional de Informática y
Telecomunicaciones de Estados Unidos, el
Gobierno norteamericano controlaba ciertas funciones, y a partir de 2016 ICANN deberá
comenzar su nueva operación.
Sin embargo, hay que preguntarse de que otras formas el gobierno de Estados
Unidos mantiene el control de las funciones de ICANN. Después de todo, el
organismo tiene su sede en California, por lo que opera bajo sus leyes.
A medida que aumenta nuestra
dependencia a la conexión en línea, un cierre repentino nos confrontaría con
una limitación de movimientos como si de un momento a otro nos en un lugar que habla
un idioma distinto.
El dominio de internet es un
asunto suficientemente importante para generar guerras. Tan serias serían las
consecuencias que los propios Estados Unidos tienen su propio comando dedicado
a las tareas cibernéticas.
A pesar de la aparente independencia
y neutralidad del internet, de manera cada vez más frecuente los gobiernos
buscan emitir regulaciones que buscan atentar contra ellas y en última instancia provocarían censura y obstáculos
para el intercambio de conocimientos.
Ni que decir de las evidencias
del espionaje masivo de agencias de inteligencia de varios países a sus
ciudadanos y personas de otros países a través de internet. Hechos conocidos
solamente por filtraciones en el sitio Wikileaks, lo que le terminaría costando
la libertad al creador del portal Julian Assange.
Es correcta la intención de combatir
los delitos en internet, ahora es de conocimiento general aspectos como el Deep
web que hace prácticamente imposible el rastreo de los usuarios, y que es usado
para actividades ilícitas como la venta de drogas o pornografía. Sin embargo,
la forma de lograrlo sin poner en riesgo las libertades debe pasar por
mecanismos internacionales. Después de todo, internet empieza a ser considerado
como un bien público global.
Es por eso que lo
que se requiere es que el ICANN sea un organismo multilateral, aún más
recomendable sería que se encuentre bajo el marco de la Organización de las
Naciones Unidas. Es importante que todos los países busquen que dicho organismo
tenga mayor transparencia, representatividad, y rendición de cuentas, tanto los
gobiernos como a la sociedad y no solamente en las funciones técnicas como está
a punto de ocurrir.
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