La jornada electoral en México del 6 de junio fue, en una palabra, exitosa, alta participación, una ciudadanía colaboradora con el proceso, pero sobretodo, se observó incertidumbre como principio democrático, es decir, competencia real entre las opciones políticas.
Los resultados en sí mismo no cambian en rumbo de nada, modifican menos de lo que planteaba la oposición como narrativa para obtener el voto, pero les permite vender a sus seguidores un éxito que les ayuda a ganar tiempo para estructurarse como una verdadera alternativa a la propuesta oficialista que, a su vez, se lleva un mensaje de lo que implica responder a la confianza del voto.
EL principal ganador es el Instituto Nacional Electoral, que cumplió al 100% su misión de organizar elecciones, y que, con las victorias de la alianza “Va por México”, parece sustentarse en mensaje de que existe confianza en el instituto por parte de la sociedad y que los ataques del presidente resultaron contraproducentes para la alianza “Juntos haremos historia”
Aunque el clima electoral previo a las elecciones era de hartazgo, con elementos de violencia y un fuerte desencanto social por la falta de propuestas de los candidatos, es de reconocerse el esfuerzo de la oposición para ganar democráticamente y que los resultados en la CDMX tuvieron un resultado particularmente exitoso, con líderes de derecha regresando a la palestra con Gabriel Cuadri y Margarita Zabala en la Cámara de Diputados.
En el otro lado en la alianza de Morena, a pesar de la derrota el mensaje también es positivo, la derrota demuestra que la ciudadanía está activa y reclama los resultados incumplidos, en este caso falta estudiar que tanto impacto tuvo la caída de la línea 12, pero deja claro que el voto no es un cheque en blanco.
Lo mismo se puede decir de las gubernaturas, de 15 en disputa, hubo transición en 12 de ellas, las excepciones fueron Querétaro y Chihuahua, que mantiene el gobierno panista y Baja California que empareja el periodo electoral del estado con las federales tras una gubernatura de 2 años de Morena.
Factores a destacar en los 15 estados con elecciones de ejecutivo estatal es que el ganador en este aspecto si es Morena, que se lleva 11. Al inicio de las campañas electorales se hablaba de la posibilidad de obtener 13, más adelante las expectativas llevaron a pensar que tendría un mínimo de 5, por lo que el resultado es sin duda favorable. El PRI se queda sin 8 gubernaturas (no ganó ninguna) y el PRD perdió la única que mantenía (Guerrero). Al frente de 6 de las nuevas gubernaturas se dará un fenómeno positivo, serán encabezadas por mujeres y añadiendo a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, serán 7 ejecutivos locales en mano de mujeres. Lo más preocupante es la reputación de los ganadores, continuación de la desagradable campaña, la posibilidad de un gobernador narco enriquecimiento ilícito y lavado de dinero con Ricardo Gallardo en San Luis Potosí, no es posible que los cálculos políticos estén por encima de la seguridad del estado.
En los resultados del poder legislativo y en donde la alianza PRI, PAN, PRD considera su apuesta exitosa, en todo caso, la barra estaba demasiado baja, no lograr que la alianza oficialista lograra la mayoría calificada (que incluso no obtuvo en la presente legislatura) pero en resumidas cuentas morena y aliados perdieron 50 diputados; individualmente morena añadió 7 curules por mayoría relativa a los 191 que tuvo en 2018 y el Partido Verde pasó de 11 a 44 escaños, el derrumbe se da en el PES, El PRI pasa de 49 a alrededor de 70 (solo 11 candidatos sin alianza), el PAN salta de 79 a 115 aproximadamente.
Entre ganadores y perdedores tenemos en los primeros al Verde que no perdió oportunidad de demostrar que es un partido que considera rentable saltarse las reglas electorales, pues contrató influencers durante el periodo de veda electoral; ganador también es el PRD que no pierde el registro (por poco) y se mantiene en la alianza con PRI y PAN. Entre los perdedores veremos a los que no lograron mantener el registro RSP, PES y Fuerza por México. El resultado final, la democracia funciona.