El pasado 10 de julio el primer ministro griego desvaneció las
esperanzas de tres y medio
millones de ciudadanos que se declararon
contrarios a aceptar las rígidas medidas de austeridad de la Unión Europea y el
Fondo Monetario Internacional- y por tanto, a hacer valer su soberanía incluso quedando
fuera de la zona euro- al aceptar un plan de reformas todavía más estricto que
el que se tenía en Grecia antes de que Syriza llegara al poder.
Joseph Stiglitz y Paul Krugman entre
otros, desde sus perspectivas en la disciplina económica opinaban a favor del
rechazo a la austeridad, argumentando que estar fuera de la zona euro no era
tan malo como el plan de los acreedores de Grecia.
Sin embargo, el joven político,
que nunca ha usado corbata y que nombró a su hijo Ernesto en memoria del “Che”
Guevara, llegó al final del abismo, se asomó y no quiso dar el salto. Terminó
por aceptar las condiciones de la Unión Europea para un tercer “rescate” que le
permitiera pagar sus deudas de corto plazo y mantenerse en la zona euro.
Una nueva oportunidad de
replantear las relaciones financieras entre acreedor-deudor soberano se fue por
la borda. 15 días después, Grecia ya no es la noticia que afecta a los
mercados, ahora es China y su caída bursátil acompañada de previsiones de un crecimiento
económico nada alentador.
Sin embargo, un tema que parecía haber
quedado fuera de la palestra es mencionado tímidamente en la prensa económica a
fin de mes, continua el trabajo del Comité Ad Hoc sobre Procesos de
Reestructuración de Deuda de la Organización de las Naciones Unidas, surgido de
la iniciativa argentina de que el pleno de las Naciones Unidas es el espacio
para tratar el tema, y como fruto de ese trabajo se aprobaron nueve principios
que buscarán limitar el accionar futuro de los fondos buitre.
Estos principios, en caso de ser aprobados por el Consejo General,
serían los siguientes:
·
Derecho soberano de los estados
a reestructurar su deuda
·
Inmunidad soberana
·
Respeto por las mayorías
calificadas en los procesos de reestructuración
·
Tratamiento equitativo
·
Buena fe
·
Transparencia
·
Imparcialidad
·
Legitimidad
·
Sustentabilidad
Con lo anterior, la discusión sobre
una nueva relación entre los Estados Soberanos y sus acreedores continúa. Si
bien el rechazo a las condiciones de los acreedores de Grecia solamente pudo haber
sido un buen precedente que obligara a cambiar las condiciones, la bandera
levantada por Argentina a favor de todos los países en desarrollo sigue
ondeando.